martes, 16 de febrero de 2010

Los niños, la luz y la verdad de este mundo.





Imagenes Religiosas - Mensajes y Imágenes!


Carmen Lydia Rosa y sus obras.

Escritora puertorriqueña de cuentos infantiles, poemas, versos, poesías, y cuentos cortos románticos. Cuentos infantiles escritos con el corazón y en letras de oro para que lo disfruten todos, niños y adultos.

miércoles, 10 de febrero de 2010

"EL TESORO DE CHRISTIAN Y NIKO."

Christian y Niko son hermanos. Se fueron con sus padres de vacaciones.
Fueron a Riviera Maya en México. Estaban todos muy felices.
Disfrutaron de las lindas playas, se bañaron, y también en la piscina
del hotel. Era la primera vez que Christian y Niko iban a México.
Allí vieron cosas muy bonitas. Jugaron con los delfines y se tomaron
fotos con unas cotorras y unas iguanas bien grandes. Ellos no le
tienen miedo a los animales y les gusta cazar lagartijas,
tenerlas en sus manos y jugar con ellas. El clima es caliente,
no tuvieron que usar abrigos. Ellos son de Illinois y allá si
hace mucho frío. Les gustaba todo lo que vieron en Riviera Maya.

Una mañana caliente y húmeda, le dice Christian a su hermanito
Niko; “vamos a buscar por todos los árboles para ver si podemos
cazar lagartijas, quiero jugar con ellas.” “Si, si, yo quiero ir” – dijo
Niko muy contento. “me gusta sentirlas en mis manos y apretarlas.”
La prima Alexis, que también estaba de vacaciones con ellos,
también le gusto la idea de ir a buscar lagartijas entre los árboles.
Los tres cogidos de las manos, se fueron a cazar lagartijas. Vieron
muchas, pero cuando las iban a coger, ellas corrían tan ligero que
se les escapaban de las manos. Christian y Niko vieron a una grande
arrastrándose por la tierra. Se fueron detrás de ella.
La lagartija se metió dentro de una cueva. Ellos comenzaron a excavar la tierra,
querían sacar la lagartija. Pero no la podían encontrar. De momento Christian
toco algo muy duro. Como si fuera madera. Niko también pudo sentir
que en la cueva había algo más, y no era la lagartija. La prima Alexis miraba con curiosidad. “Vamos a tratar de sacar eso duro que esta en la cueva”- le dijo a su hermano Niko. “Quiero saber lo que es” Niko, algo sorprendido, contesto; Si, vamos a sacarlo, quizás es un pedazo de madera o un zapato que se le perdió a alguien.” Christian y Niko comenzaron a excavar la tierra con las manos, les dolían los dedos. Se olvidaron por completo que fueron a tratar de cazar una lagartija grande.

Al fin Christian y Niko sacaron de la cueva una caja, no muy grande, y era
de madera. Se reían y estaban contentos por lo que encontraron, la prima
Alexis se reía de la caja de madera, no era algo especial y bonito. ¿Qué habrá
dentro de esta caja?” dijo Christian. Niko dijo; “No se, quizás esta
llena de lagartijos.” “¿Por qué no la abren ya para saber que tiene
adentro?” dijo la prima Alexis. Christian y Niko miraban la caja por todos
los lados. No era fácil de romper, y menos con las manos. “Vamos a llevársela
a papá, el tendrá con que abrirla.” Eso comento Niko. Christian le dijo a
su prima Alexis; “Ayúdanos a cargarla, tenemos que llevársela a papá.”

El papá de Christian y Niko tuvo mucha curiosidad cuando vio la caja
de madera cerrada. Comenzó a abrirla con una navaja pequeña que cargaba.
Le dio mucho trabajo, pero después de diez minutos la abrió. ¡Sorpresa!
¡Sorpresa para todos! Dentro de la caja había dos barquitos de madera,
dos muñecos hechos también de madera, tres carros pequeños de madera,
cuatro soldaditos de diferentes colores, azul, verde, amarillo, y gris.
Dos muñecas de trapo y algunas monedas de oro. El papá estaba
muy contento. “¡Hijos, hijos, se acaban de encontrar un tesoro!!”
“¡Somos ricos, somos ricos!!!” gritaba Christian. Alexis y Niko brincaban
de la alegría, mientras reían sin parar. Cuando Niko metió la mano para coger
un carrito, una lagartija grande brinco de la caja, Niko se asustó mucho.
“¡Niko, es el lagartijo que estábamos persiguiendo, vamos a cogerlo!”
Niko le dijo a su hermano que ya no quería perseguir lagartijas. Él quería
jugar con el tesoro que habían encontrado. Comenzaron a sacar todo lo
que había en la cara de madera. El papá les pregunto; “¿Qué van a hacer
con las monedas de oro?” Christian y Niko dijeron a la misma vez;
“Son tuyas papá.” “Si papá- concluyo Christian- te las ganaste por
abrir la caja de nuestro tesoro, no tiene dueño y parece que hace mucho
tiempo estaba en esa cueva, esperando por nosotros.” Papá sonrió.
Todos estaban muy felices, decían que en las vacaciones del próximo
año querían volver a Riviera Maya, para buscar más tesoros, y bañarse en la playa.


Autora: Carmen L. Rosa.

02-10-10